domingo, 24 de octubre de 2010

EL LADRÓN DE BESOS

 
Entró por mi ventana,
tan sigiloso que no escuché
ni un solo ruido
hasta que por algo desperté.

Sentado frente a mí,
sus oscuros ojos me observaron,
y cualquier grito que pensara
en mi garganta quedó atrapado.

No sabía quien era,
ni qué quería de mí,
mas pensaba que algo querría
al mirarme así.

Muy despacio se acercó
y su aliento me abrasó
hasta el punto
de que mi corazón estalló.

Sus labios me rozaron,
invitándome a empezar,
y yo estaba tan absorta
que me dejé maniobrar.

Mas, cuando consiguió lo que quería
por la ventana escapó
llevándose un beso robado
y con él mi corazón.

TRIÁNGULO POEMÁNGULO: LOS OJOS DEL GATO

Los
Los ojos
Los ojos del
Los ojos del gato
Los ojos del gato, serenos
Los ojos del gato, serenos y
Los ojos del gato, serenos y misteriosos
Los ojos del gato, serenos y misteriosos, relucen
Los ojos del gato, serenos y misteriosos, relucen entre
Los ojos del gato, serenos y misteriosos, relucen entre las
Los ojos del gato, serenos y misteriosos, relucen entre las sombras
Los ojos del gato, serenos y misteriosos, relucen entre las
Los ojos del gato, serenos y misteriosos, relucen entre
Los ojos del gato, serenos y misteriosos, relucen
Los ojos del gato, serenos y misteriosos
Los ojos del gato, serenos y
Los ojos del gato, serenos
Los ojos del gato
Los ojos del
Los ojos
Los

ME DI CUENTA DE TODO CUANDO TE PERDÍ


Me engañé a mí misma
pensando que tu eras la culpable
del daño que un día yo cometí.

No atendía a razones, tampoco a acciones
tan cegada por la soberbia había de estar
que sin darme cuenta un día te hice llorar.

Te alejaste de mí, y no te culpo.
en ese momento no era yo
y entonces no advertía
cuan grande sería mi dolor.

El dolor se convirtió en odio,
más tarde en rencor,
hasta que un día exclamé: ¡Basta!
Pero con eso no acabó.

Cuando el odio se disipó
no quedó nada dentro de mí
salvo un vacío insoportable
que sabía que se debía a ti.

Mucho tiempo tardé en admitir
que sin ti ya nada igual era,
pero solo me di cuenta de ello
cuando se curó mi ceguera.

Mas un día, mi voluntad derrumbó
a la soberbia que en mi habitaba
y me dirigí hasta ti
Con el fin de aflorar
lo que un día habia sido
una amistad sin igual.

Me abrazaste y consolaste,
aún siendo yo la culpable
me pediste tiempo para pensar
y aunque nunca lo haya dicho,
por aquí te remito:
Te doy todo el tiempo que quepa
dentro de la eternidad,
pues si pude esperar todo un año
sin querer saber nada de ti,
ya es mucho que sólo pidas tiempo
Para volver junto a mí.

PRINCESITA SIN CUENTO


Oh, pobre princesita,
que sin cuento de hadas se quedó
y de recuerdo tan solo obtuvo
una lágrima con dolor.

Las hadas le abandonaron,
también sin magia quedó.
tan triste como estaba,
en un largo sueño cayó.

Pero no hubo príncipe azul,
ni tampoco beso despertador,
tan solo había sueño
y mucho, mucho dolor.

¿Entonces, que le ocurrió?
Porque sin beso ni príncipe
sin magia ni sol,
no había cura para ese dolor.

La princesa un día despertó
y rodeada de soledad se halló
mas ya no tenía que llorar,
pues aprendió la razón.

De cuentos se vive,
con cuentos se sueña,
pero cuidado al despertar,
pues podría decepcionarte la realidad.

¿ES MALO SOÑAR?


¿Quién dice por ahí
que malo es soñar
y también ilusionar?

No hay nada de malo
en soñar con el mundo
o vivir una ilusión.

El problema viene
cuando no queremos despertar
y al abrir los ojos
decepciona la realidad.

NO SABIA CUÁL SERÍA MI LUGAR


Llegué al mundo
como cualquier niño normal,
pero si algo fallaba en mí
era eso, la normalidad.

Pensaba que era diferente
y me comportaba como tal,
pues no sabía que la variedad
es lo que compone la humanidad.

PURA LÓGICA MATEMÁTICA


¿Cuál es la respuesta
a esta ecuación
que me trae de cabeza
y no hallo solución?

2 por X de amor,
súmale 4 de besos,
y al resultado final
divide por ingenuidad.

(2 · X + 4): ingenuidad= ?

DONANTE DE AMOR


Se necesita con urgencia
un donante de amor
para reparar el daño
que causaron en mi corazón.

Se necesita con urgencia
amnesia de corazón
pues no me sirve de nada
recordar tanto dolor.

SIEMPRE TÚ


Siempre fuiste tú,
el que me hacía olvidar
los recuerdos del pasado
que lágrimas me hacían derramar.

Siempre fuiste tú,
el que me hacía sonreír,
enterrando las penas
que me pudieran herir.

Siempre fuiste tú,
el que equilibró la balanza
de mi pequeño corazón
naciendo así una esperanza.

Siempre tú,
siempre tú.

MI MUNDO INTERIOR


Nubes de algodón,
hielos de calor,
todo eso existe
en mi mundo interior.

Todo es precioso allí,
tan sólo debes crear,
usar tu imaginación,
y dejarla volar.

Pero sin duda lo más hermoso,
por mí lo más amado,
es que es tan sólo allí
cuando despierto a tu lado.

PEQUEÑO BARQUITO DE PAPEL


Pequeño barquito de papel
que navegando cruzas los mares
déjame subir a tu velero
déjame escuchar tus cantares.

Pequeño barquito de papel,
que un día me dejaste subir a tu velero
déjame seguir a tu lado
déjame ser tu compañero.

MI ÁNGEL DE AMOR


¿Dónde estás tú, mi ángel de amor,
dónde estás con tus besos,
dónde con tus caricias
que hacen marchar al dolor?

No te vayas más,
que sin ti no puedo pensar,
no me dejes atrás
que no tendré en quién confiar.

Aparece en mi ventana por la noche,
vela por mi sueño alrededor,
siéntate y espera a que despierte,
verás cómo me lleno de amor.

¿Dónde estás tú, mi ángel de amor,
dónde estás con tus besos,
dónde con tus caricias
que hacen marchar al dolor?

Tiéndeme tu mano y la cogeré sin pensar,
guíame por los senderos de tu corazón,
y déjame vivir en ellos,
construiré un lugar para los dos.

Quédate a mi lado para siempre,
deja que nuestro amor huela a azahar,
permite mi sueño a tu lado
y regálame tu despertar.

¿Dónde estás tú, mi ángel de amor,
dónde estás con tus besos,
dónde con tus caricias
que hacen marchar al dolor?

¿DÓNDE SE HALLA EL PARAÍSO?


Buscaba y buscaba,
pero nada concluso hallaba.
¿Dónde estaba él?,
¿dónde ocultado estaba?

Millas y millas se perdieron,
bosques y valles dejé atrás,
pero por más que buscaba,
nunca lo lograba divisar.

¿Es que el cielo me ha cerrado
las puertas doradas
de su paraíso privado
que tanto son añoradas?

Mi coraje decrecía
como la luna menguante,
y un nuevo sentimiento, el orgullo,
Se cernía sobre mí como un gigante.

¿Por qué, Dios,
si de toda la vida te he admirado,
si de cada cena has sido partícipe,
por qué me has abandonado?

¿Es que acaso no me ves digno
de pisar el bello limbo,
tu más preciosa creación,
Que a todos de gozo llena el corazón?

(de repente, el hombre iracundo, tiene una visión: la vida, se presenta ante él de una forma singular, él no entiende nada, hasta que ella comienza su viaje en el tiempo, como ha hecho siempre, a una velocidad sin comparación. Él entonces ve crecer una bella flor, ve un bonito árbol, ve un ciervo veloz. Ve crecer la vida con paso rápido ante él, y entonces descubre lo que para Dios es el paraíso.)

Oh, Dios mío de fe,
Cuán ciego he debido de estar.
Tú siempre dejas tu rastro divino,
que nadie sabe descifrar.

Doy fe de lo que he visto,
lo más hermoso que un hombre pueda ver:
Tu legado más precioso,
al que todos pueden acceder.

Así que este es el paraíso,
esta es la tierra bendecida
y no es más que algo simple,
es eso, la vida.

DAMISELA DESTRONADA

En su trono se erguía ella,
siempre fría y serena,
siempre llena de odio,
siempre aquella damisela.

No consentía rival,
en todo la mejor quería ser.
Trágico final para todo aquel,
que a la fría damisela atreviose a desobedecer.

Nadie osaba hacerle frente,
loco estaría quien lo hiciera,
pues con solo pensarlo
lo mandarían a la hoguera.

Sin embargo, la damisela era humana,
y también envidia tenía
de una simple muchacha
contra la que sabía que perdería.

El juego era simple y común:
la escritura mas hermosa ganaba,
pero por más que quisiera la damisela
nada se podía hacer contra esa muchacha.

Todo el mundo en secreto aclamaba
los versos y estrofas de la doncella,
dando ya su veredicto,
quedando atrás la damisela.

La joven tímida se alzaba,
Y la damisela abochornada,
pues sabía que para siempre
había sido destronada.

El dilema hubiera sido simple
y la damisela hubiera acabado mejor
si de primeras hubiera aceptado
que había alguien mejor.

Pero así lo quiso ella
y sola escribió su final:
olvidada por todos
por no dejar atrás la vanidad.

CORAZÓN DE AIRE


<< Recuerdo las tardes que pasaba junto a él, observando el horizonte. Las noches, mirando las estrellas. Ni la mismísima muerte ejercía de barrera entre nosotros dos. Él y yo éramos uno, a pesar de que yo estaba viva, y él había muerto hacía muchos siglos.
Todo era perfecto. Un sueño del que no quería despertar, pues aunque era un espíritu y su contacto no era como el de una persona normal, un leve cosquilleo me inundaba cada vez que me acariciaba, como el susurro de una suave brisa, haciéndome olvidar lo que era.
Todo fue perfecto, hasta el día en que me dijo que tendría que ayudarle a volver a morir.>>

***
Despejo mi mente de todos los sombríos pensamientos que me llevan atormentando durante toda la tarde y parte de la noche, pues no quiero que mi corazón sangre más de lo que lo está haciendo ahora, ahogado por una pena infinita que, a pesar de que sé que si yo no quisiera no tendría por qué hacerlo, debo hacerlo. Esbozo una sonrisa amarga. Siempre ocurre lo mismo, las cosas que quieres hacer no son las más adecuadas casi nunca.
Me recuesto contra el tronco de un árbol, el lugar donde Adrien y yo nos hemos citado un rato antes de medianoche para marchar hacia el único claro de este inmenso bosque, el único lugar donde él desaparecerá para siempre esta noche. La única forma de dar descanso eterno a un espíritu errante es dejar que la tenue luz de un eclipse anular lo bañe en medio de todo su esplendor y pueda pasar al otro lado con la energía que desprende el cuerpo de un médium, es decir, que pasará con la ayuda de mi energía psíquica.
Y hoy habrá eclipse anular.
Siento una leve brisa y me vuelvo para ver sus ojos azules como zafiros contemplando los míos con una expresión indescifrable.
Las lágrimas que han caído de mis ojos ya se han secado en mis mejillas, pero yo nunca he podido engañarlo, y sé que en este momento mis ojos desprenden dolor y amargura a raudales.
Siento cómo él me acaricia la cara y cierro los ojos para dejarme llevar por su suave contacto.
—  Hola-me susurra con la suave y serena voz que le caracteriza.
Lo miro y veo en él el chico de diecisiete años que tendría que haber sido en su tiempo. A pesar de que murió hace muchísimo tiempo, viste a la moda, con unos vaqueros caídos, y una camiseta holgada, dejando su liso pelo negro resbalar sobre sus ojos. Parecería un chiquillo normal y corriente, a la vista de todos…
…Si es que alguien, aparte de mí, podía ver muertos.
—  Hola-digo al fin, diciéndome a mí misma que no voy a volver a llorar.
Él me mira, y me sonríe.
—  No estés triste, por favor, Verónica-pide.-Piensa en que me vas a ayudar.
Lo miro durante un largo rato, y aunque estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano para no volver a llorar, sé que mi voz suena ahogada y teñida de tristeza.
—  Debe de haber otra forma-digo.- No me hagas esto.
Él niega con la cabeza.
—  Ya lo hemos hablado antes, y tú sabes muy bien que no hay alternativa-dice.
Me muerdo el labio inferior, y deseo golpear algo con todas mis fuerzas, por sentirme tan impotente.
Él me vuelve a mirar, esta vez con tristeza, amor, y dolor al mismo tiempo.
—  Vamos al claro, no lo hagas más difícil de lo que ya es, por favor-suplica.
Asiento con la cabeza pero esta vez no puedo reprimir que una solitaria lágrima caiga de mis ojos. Él alza una mano para cogerla, pero la gota pasa a través de él como si no fuera más que aire.
Y al fin y al cabo, no es más que eso, pienso con amargura.
Después de cinco minutos caminando, llegamos frente al claro, y a la luna le quedan unos minutos, tal vez segundos, para que empiece a quedar oculta por el sol. Los dos caminamos y nos sentamos en el suelo en mitad del claro. Lo contemplo, y pienso cómo pude enamorarme de un espíritu. No sé cómo lo hice, pero pasó, y en realidad no me arrepiento de ello.
Cuando ya no puedo reprimir más la pena, dos lágrimas de miles comienzan a surcar lentamente mis mejillas. Él me alza el mentón, con mi ayuda, pues él solo es aire y necesita fuerza para hacer cualquier cosa.
—  Te quiero-me dice.
Pero antes de que pueda contestar, miro al cielo, y veo que está comenzando el eclipse.
—  Yo también-susurro con voz ahogada.- Eres lo más importante para mí.
Me acerco a él y aunque sé que no es más que aire, poso mis labios sobre los suyos.
Pero me sorprendo y doy un salto cuando sus labios se convierten en carne. Ya no son aire. Abro los ojos y veo que los suyos están húmedos, pero igual de confusos que los míos. Pero, sobre todo, siento la presión de sus manos en mi cuerpo. Como una persona de carne y hueso.
—  ¿Qué…?
Pero por alguna razón que desconozco, sé que disponemos de poco tiempo, y no formulo la pregunta. Él niega con la cabeza y aplasta sus labios contra los míos, y mi cuerpo contra el suyo.
—  Te amo, Verónica-dice en mi oído.- Te estaré esperando a que vengas junto a mí. Y lloro, lloro con más lágrimas de las que había pensado poseer, porque lo amo con toda mi alma y todo mi espíritu, y porque no sé cómo podré llenar el vacío que quedará en mi corazón cuando él se vaya.
—  Verónica…-susurra una y otra vez, diciéndolo todo con una sola palabra, porque ahora sobran todas las palabras, teniendo tan poco tiempo para decirlo todo.
Pero siento como va desapareciendo poco a poco.
Lo beso por última vez notando cómo sus labios entre los míos se vuelven cada vez más etéreos, hasta no quedar nada.
—  Te amo-son sus dos últimas palabras.
—  Y yo a ti-digo al aire, cuando el eclipse ya ha pasado y la luna se vuelve a distinguir entre las sombras.
En este momento, no siento nada ya, porque sé que se ha ido para siempre. No controlo mis movimientos, y mi mente está desconectada de mi cuerpo. No sé si ando, o si por el contrario, sigo sentada en el claro. Mis ojos están abiertos, pero no puedo ver nada, ningún sentido me obedece. Tan sólo siento un terrible dolor surcándome el pecho, una daga abriéndome el corazón de parte a parte sin piedad alguna.
Y aunque, en ese momento no puedo pensar nada, comprendo por qué la gente muere. Porque una persona no muere cuando su corazón deja de latir, sino cuando sus latidos ya no tienen sentido para hacerlo.
Caigo sobre la hierba, pero no lloro. Ni una lágrima asoma a mis ojos, porque los muertos no lloran, y una parte de mí acaba de morir esta noche junto a él.

MI REFLEJO EN EL AGUA


Veo mi reflejo en el agua
¿quién será esa que tiene tanto dolor?
Tan sólo soy una niña
a la que le rompieron el corazón.

Con falso amor me hipnotizaron,
sin piedad alguna me hechizaron,
y al corazón de esta niña
en pedacitos de cristal rasgaron.

Voy buscándolos poco a poco
y al recomponerlos sigue habiendo dolor,
pues cada uno de ellos
sigue conteniendo amor.

Veo mi reflejo en el agua
¿quién será esa que tiene tanto dolor?
Tan sólo soy una niña
a la que rompieron el corazón.

PERDÓNAME SI TE HIZE DAÑO


Perdóname si te hice daño. Perdóname si al apartarte de mí abrí una brecha en tú corazón. Si al manifestarme como lo hice, cambió tu pensar de mí. Cada día me culpo más y pienso cuán ciega debía de estar. Porque sin duda sin ti ya nada es igual. Soy adicta a tus consejos, a tus bellas palabras de consuelo. Ahora que carezco de lo que tu amistad me brindaba, siento que una parte de mí también ha desaparecido. Ni el más feliz amor me sirve para olvidar. ¿Qué fue lo que me pasó? Tal vez egoísmo, tal vez no. Tal vez soberbia, tal vez no. O simplemente fue que me descargué con quién no debía, con la que siempre había estado ahí. No puedo regresar al pasado, ni cambiar lo que hice. Tan sólo quiero arrepentirme del presente, para así poder cambiar en el futuro. Tan sólo quiero que me perdones por enésima vez consecutiva, aun sabiendo que puede volver a pasar. Tan sólo quiero pedir perdón, tán sólo quiero que nuestra amistad siga en el corazón.

CARTA SIN REMITENTE


Querido amor, ángel del cielo, protector de los sueños, hoy he de confesar que de tu belleza quedé prendida desde la primera noche que pisaste mi lecho. A escondidas te miraba, mientras tu no atendías. Venías a mi cuarto todas las noches, en respuesta al escuchar el ti-lín de mi llamador, pero no eran malos sueños los que tenía, sino dolor de corazón. ¿Es que acaso en el cielo no se dieron cuenta de que al bajar tú nadie podría dormir al verte? ¿O acaso lo hicieron a propósito?
Sé de antemano que no puedo aspirar a tu amor, que no soy más que una simple niña, que tú eres un ser divino y cada noche duermes tranquilo en el limbo sin pararte a pensar ni un solo momento en mí
Pero no estoy afligida, no tengo dolor, ya que si de soñar no me privaron, ¿por qué no soñar con vos?

SUS OJOS AZULES


Sus ojos azules, pálidos e hipnóticos,
me atraen de una forma inusual.
¿Por qué ocurre esto?
¿por qué no puedo pensar
cuando el está cerca de mi andar?

NOCHE DE ENERO


El atardecer en el horizonte,
un bello espectáculo a color
mientras sentados en el monte
nos observamos con amor.

El sol se vuelve a ocultar,
como siempre ha pasado
más una diferencia podemos hallar:
hoy tú estás a mi lado.

Las estrellas pronto nos obsequiarán
con su luminoso lucero
para podernos observar
en esta noche de Enero.

CUARTETOS DEL ENGAÑO


Mi alma triste siempre estará marcada
de un lacerante y dañino dolor:
que una persona se sienta engañada
por grandes besos de amargo sabor.

De tus abrazos me siento añorada,
los que derrochaban tanto calor,
y es que sé que aún sigo enamorada
de tu engañoso y fiero falso amor

MI SUEÑO


Mi sueño… Algo que no sería difícil de hacer realidad. Para ello no necesito chalets, casas o lujosos coches. Me sobran todos los millones de euros que se ganan en los sueños, todos los diamantes de princesas o todas las joyas de reinas. Mi sueño es sencillo, y tan sólo te necesito a ti para que lo puebles.
Deseo pasear una tarde por la playa, y que en un punto me cogas la mano, sin decir palabra. Deseo que en ese momento yo sea la única que hace a tu mente funcionar, o a tu corazón palpitar; quiero ser la única que por un segundo sea la directora de tu razón de ser. Que mientras caminamos, las olas vengan y empapen nuestros pies, haciéndonos reír ante su cosquilleo, y que más tarde nos sentemos en silencio a sus orillas, mientras el sol se óculta poco a poco. Entonces tú cogerás mi mano, y guiarás mi dedo sobre la arena, creando nuestra obra: un corazón. Después vendrá una pequeña ola, y tímidamente se llevará consigo nuestra creacción, pero no con ello nuestro sentimiento, el que hoy hemos creado, el que ha funcionado, aunque sólo haya sido por un segundo, en mi corazón.

INSTRUMENTOS DE UN ESCRITOR


Me siento en la silla de mi polvoriento escritorio, observando cómo la luz dorada del atardecer se filtra en polvos dorados a través de la ventana. En mi viejo escritorio tan sólo hay un simple bolígrafo y un papel amarillento. ¿Es que acaso necesito más? Mi imaginación comienza a funcionar, y miles de mundos afloran en mi mente. Seres imaginarios comienzan a salir de sus escondites, sentimientos anónimos me llenan como nunca. Sólo debo alargar los dedos, tan sólo eso, y cogeré el bolígrafo. Lo estrecharé entre mis dedos; tendré en mi mano el mejor instrumento de un escritor. Después acercaré mi silla de ruedas a la mesa, y colocaré el papel enfrente de mí. Y así, llena de ilusión y confianza, acercaré el bolígrafo al papel y dejaré que los dos objetos se fundan y se complementen en uno solo. Así escribiré las líneas de mi primer libro.

TE ODIO Y A LA VEZ... TE AMO

3 de Agosto… un día cualquiera de mi vida, una mañana normal, que sin embargo, un hecho la cambió para siempre, y no sabría decir si para bien o para mal.
Una amiga se acercó sonriente, llevándote tras ella, y nos presentó de forma informal. Creo que en ese momento mi corazón pedía quererte, pero no me di cuenta de ello hasta que tus dos besos de presentación dejaron un cosquilleo en mi piel que me dejó con ganas de más. Desde entonces, cada uno de mis pensamientos era para ti, imaginando cosas imposibles, porque, ¿cómo podías haber sentido tú lo mismo que yo nada más conocerte? Casi me reía de sólo pensarlo.
Pero así lo quisiera el destino, y la suerte me sonrió. Una noche te acercaste a mí, y tu sonrisa, como siempre, me hizo sonrojar. Me tomaste de la mano, y yo vi una esperanza entonces. Me acerqué a ti, mientras veía cómo brillaban tus ojos en la noche, y nuestros labios se juntaron con suavidad. Cuando nos separamos, no hablamos; sobraban todas las palabras. Tan sólo tenía un pensamiento en mente: Hoy, 15 de Agosto, doce días después de conocerte, te has fijado en mí, haciendo por un momento que sea la princesa de mi propio cuento de hadas.
Tras aquella noche, cada día era demasiado corto para mí. Tus caricias, besos y abrazos, me hacían estremecer como si fuesen los primeros. Tú, con tu camisa rosa y tus pantalones marrones, y yo, con mi camisa morada y pantalones negros que tanto te gustaban, nos cogíamos de la mano al caminar entre las calles.
Lo más duro de todo, fue despedirte. Mis padres debían volver a trabajar en Septiembre, y yo debía continuar con mis estudios. Nuestra despedida fue simple, pero cargada de innumerables promesas para cuando nos volviésemos a ver.
Cada día al despertarme pensaba en ti, y aunque nos separaban muchos kilómetros, casi podía sentirte a mi lado. Esperaba cada día para poder llamarte y volver a escuchar tu voz. Como sucede siempre, un día discutimos, pero el nombre que le diste a nuestra pelea: "Nuestra primera crisis", me hizo reír después.
¿Qué fue lo que falló entonces?, ¿Qué fue lo que no te supe dar? Un día cualquiera recibí tu llamada, esperando encontrar amor en tus palabras como cada día, pero tus frases tan sólo describían nuestra despedida. Al guardar mi móvil, sólo una lágrima caía de mis ojos, pero hacía las veces de un ejercito de ellas.
Ahora me odias, y no entiendo razón. Tus malas formas, tus insultos, tus gritos… eres tan diferente a como te recordaba… Ya no hay sonrisas, ni besos ni abrazos, tan sólo odio y desdén, pero lo que peor me sabe, es que siento que yo no te puedo apartar de mi lado como has hecho tú conmigo.
Sé que debería odiarte, por el daño que me has hecho sin razón, por todo lo que dejaste que el viento se llevara en un segundo… Pero no puedo. Por muchos gritos que des, por muchas chicas que halla a tu lado, por muchos besos que des y muchas manos cojas, yo siempre te seguiré queriendo, recordando a cada instante nuestros momentos en aquel verano de 2009, recordando aquellos días junto a ti, siendo la persona que ocupaba tu mente, y soñando con estar a tu lado mucho tiempo pero… he descubierto que los cuentos de hadas no existen.

NO PODEMOS CAMBIAR EL PASADO


No puedo volver atrás, no puedo cambiar esa escena, no puedo modificar mis duras palabras, ni restañar las pequeñas gotitas que entonces cayeron de tus ojos. No puedo volver al pasado y pedirte perdón antes de marchar. Lo que pasó no lo puedo cambiar, y creéme, lo he intentado de todas las formas posibles. Intenté pedir perdón, hablar, hacer como si nada hubiese ocurrido… Pero es imposible. El pasado es una parte del tiempo que permanece inalterable y nos sigue a todas partes, recordándonos constantemente qué hemos sido y hecho.
Hubiera preferido que dos fuertes pinzas graparan mis labios, y que así no hubiera hablado. Desearía poder haber dado media vuelta, y que lágrimas de rabia las hubiera derramado yo, en vez de tus lágrimas de traición.
El pasado siempre me recordará lo que hice, y nada de lo que haga ahora podrá arreglarlo, ni siquiera el perdón. Ya sólo puedo esperar en mi ventana, mientras la lluvia se desliza entre los cristales, y comenzar desde 0, para volver a conocer tu amistad.
Porque, después de todo, tal vez puedas, no olvidar el pasado, pero sí pensar e ello como algo que me hizo cambiar. Cambiar en el sentido de que si antes me hubiera creido superior a todos, ahora soy una simple niña que pide volver a estar contigo. ¿Crees que podremos llegar a ser como antes, como dos gotas de agua que sonreían al mismo tiempo y lloraban a la vez?

VOLVER POR TI

Madrid, 11 de Marzo de 2004, 7.34 AM

<< Vale, te llamaré en cuanto llegue. Supongo que estaré en Atocha en unos minutos. Te quiero, adiós.>> Esas fueron mis últimas palabras antes de colgar el móvil. Tuve que ir con cuidado a la hora de guardarlo en el bolso, pues hoy, 11 de Marzo, el tren está abarrotado, cómo suele ocurrir entre semana, a la hora punta para ir a trabajar. Después de un año en el extranjero, por fin volvía a Madrid. Apenas quedaban unos minutos para llegar a la estación, por lo que atravesamos el último túnel reduciendo ya la velocidad. Pero algo comenzó a fallar. Hubo un breve silbido extraño, un inusual traqueteo y después se apagó la luz. Unos interminables chillidos rasgaron el aire, y en el transcurso de cinco minutos exactos algo explotó. Todo quedó en silencio, y lo último que alcanzé a ver fue un charco de sangre, y cuerpos tirados en el andén. Luego mis ojos se cerraron, y sólo escuchaba que alguien gritaba, me llamaba, y tiraba de mí. Después de eso perdí definitivamente el conocimiento, y desaparecí para siempre de ese lugar.

***

Cuando despierto me encuentro en un túnel. No siento nada, tan sólo un leve tirón en alguna parte de mí. Comienzo a andar a través de él, sin poderme imaginar cómo he llegado a ese lugar. Mis manos rozan los muros, y en ellos veo mis recuerdos, ordenados cronológicamente en el tiempo. Me dejo llenar por ellos mientras camino hacia el final, donde puedo ver una deslumbrante luz blanca. Sin embargo, veo una figura que se va acercando poco a poco hacia mí. Es mi padre. Me hubiera llenado de una inmensa alegría, de no ser por que sabía que mi padre había muerto hace algunos años, aquejado de una extraña enfermedad sin cura.
Se detiene a pocos pasos de mí y me sonríe cálidamente.
- ¿Papá?-pregunto.
Él asiente despacio.
- Pero, ¿dónde estoy?, ¿cómo es que tú estás aquí?-dijo con perplejidad.
Veo cómo su rostro se ensombrece poco a poco mientras hago preguntas, y en un momento dado paro y espero a que conteste.
- Pero, ¿de verdad que no te acuerdas?-dice después de un rato.
- ¿De qué debería acordarme?-vuelvo a cuestionar confusa.
Él respira hondo antes de contestar.
- ¿No recuerdas la explosión del tren, y cómo saliste despedida por la ventana, para después caer en el andén?
Ahora sí. Ahora vuelvo a escuchar el silbido, el traqueteo, y la terrible explosión. Allí, tirada en el andén en medio de muchos cadáveres, me observo a mi misma, y a un rostro que me coje de la mano, y me sujeta mientras espera a que lleguen sanitarios. El paisaje está teñido de sanqre y lágrimas, pero esto no es una película, es la vida real.
- Entonces yo… ¿yo estoy…?- no puedo acabar la frase, y un nudo presiona mi garganta sin piedad.
Mi padre no responde, y lo tomo como una afirmación.
No puede ser. No puedo haber muerto. No puedo haberme alejado del mundo en unos minutos, no puede haber terminado todo ya, pero sobretodo, no puedo dejar de lado la vida, teniendo tantas cosas por dar, entre ellas, el amor. Aún tengo grabado cómo me sujeta la mano Rubén, y en alguna parte sé que aún sus dedos se entrelazan con los míos.
- No puedo irme aún. Todavía no es mi hora, y me queda mucho por vivir.-digo con determinación.- He de volver.
Él me observa como si también lo creyera, y entonces comienza a hablar.
- No cruces entonces, pequeña. Vuelve y deja que tu corazón vuelva a latir. Halla la fuerza para volver en tu interior, y volverás. Aún puedes hacerlo. Vuelve a la vida, María, mi pequeña-dice.
Lo abrazo y por mis mejillas corren lágrimas calientes, pero nuestro abrazo dura poco tiempo, ya que un fuerte tirón me desequilibra, y comprendo que es mi hora. Aprovecho el empujón que viene del otro lado para poder volver, y pronto veo que caigo en un abismo que no tiene fin.

***

Lo primero que siento es dolor. Pero también siento el golpeteo constante de algo dentro de mí. Como un corazón. Y una respiración lenta que también surge de mi interior. Vuelvo a sentir mi cuerpo, y eso sólo puede significar una cosa: vida.
Abro los ojos y veo multitud de vendas que rodean mi cuerpo, además de varias vías intravenosas que sujetan mis muñecas. Estoy tendida en una cama con barandillas, que está conectada a una máquina que va marcando mis latidos. Ladeo la cabeza y me encuentro con un rostro familiar: Rubén. En cuanto me ve, veo cómo una lágrima cae de sus ojos.
- ¡María, oh Dios, has despertado!-dice, y las palabras quedan atrapadas en su garganta.
En un momento dado, bajo la vista, y observo que una de sus manos está agarrando la mía. Algo que me hubiera permitido volver, con la ayuda de un simple tirón.
- ¿Qué te ocurre?-dice de pronto, y me doy cuenta de que estoy llorando; llorando porque sé que él me ha traído de vuelta. Pero niego con la cabeza; no es necesario contar mi experiencia.- María, no despertabas, pensábamos…, oh, Dios, pensábamos que tú…
- Shh-susurro- Estoy aquí, he vuelto por ti.
Me abraza y siento que todo deja de tener sentido a mi alrededor, pero, por muchos días que pasen, no contaré nada a nadie: el haber estado muerta y haber vuelto a la vida. No contaré que he desafiado a la muerte, y que he vuelto, gracias a un sentimiento. Será mi secreto, algo que guardaré conmigo para siempre, porque, gracias a él, me ha brindado una segunda oportunidad para volver a vivir.
Tan sólo quedará de testigo de mi muerte, un monitor que contó que mi corazón había dejado de latir durante tres minutos.

LA SANGRE DEL ALMA



Algo me recorrió por dentro entonces. Como una daga en el corazón, sangraba, pero de una manera más profunda y dolorosa. Mi voz se iba apagando, y mis ojos quedaban empapados por algo líquido que salía de ellos. Algo dentro de mí se rompía, y aunque no sabía muy bien por qué y qué era, sabía que no era nada exterior, sino algo interior, pues no alcanzaba a imaginar que esto pudiera ser una tortura física, por lo que tendría que ser de otro tipo, más lacerante y mezquina. ¿Qué me estaba ocurriendo? No entendía nada, pero este calvario no se lo hubiera deseado ni a mi más letal enemigo. Era demasiado cruel. Algo dentro de mí empieza un llanto procesionario, que no creo que pueda parar.
Entonces noto en mi mano algo frío, y la lenvanto para ver qué es. Una pequeña gota de agua se desliza lentamente por ella, y poco tiempo después es seguida por más gotas que caen de mis ojos. entonces pienso, ¿qué es esto trasparente que cae de ellos? En aquel momento tan sólo encontré un nombre apropiado para eso. A las pequeñas gotitas las llamé "la sangre del alma", que hoy se conocen con el nombre de lágrimas.

EL DESPERTAR DE UN SENTIMIENTO


Mi corazón alcanza un tempo rápido,
mis piernas comienzan a flaquear,
mis manos se abren temblando
cuando tú me observas al despertar.