En su trono se erguía ella,
siempre fría y serena,
siempre llena de odio,
siempre aquella damisela.
siempre fría y serena,
siempre llena de odio,
siempre aquella damisela.
No consentía rival,
en todo la mejor quería ser.
Trágico final para todo aquel,
que a la fría damisela atreviose a desobedecer.
en todo la mejor quería ser.
Trágico final para todo aquel,
que a la fría damisela atreviose a desobedecer.
Nadie osaba hacerle frente,
loco estaría quien lo hiciera,
pues con solo pensarlo
lo mandarían a la hoguera.
loco estaría quien lo hiciera,
pues con solo pensarlo
lo mandarían a la hoguera.
Sin embargo, la damisela era humana,
y también envidia tenía
de una simple muchacha
contra la que sabía que perdería.
y también envidia tenía
de una simple muchacha
contra la que sabía que perdería.
El juego era simple y común:
la escritura mas hermosa ganaba,
pero por más que quisiera la damisela
nada se podía hacer contra esa muchacha.
la escritura mas hermosa ganaba,
pero por más que quisiera la damisela
nada se podía hacer contra esa muchacha.
Todo el mundo en secreto aclamaba
los versos y estrofas de la doncella,
dando ya su veredicto,
quedando atrás la damisela.
los versos y estrofas de la doncella,
dando ya su veredicto,
quedando atrás la damisela.
La joven tímida se alzaba,
Y la damisela abochornada,
pues sabía que para siempre
había sido destronada.
Y la damisela abochornada,
pues sabía que para siempre
había sido destronada.
El dilema hubiera sido simple
y la damisela hubiera acabado mejor
si de primeras hubiera aceptado
que había alguien mejor.
y la damisela hubiera acabado mejor
si de primeras hubiera aceptado
que había alguien mejor.
Pero así lo quiso ella
y sola escribió su final:
olvidada por todos
por no dejar atrás la vanidad.
y sola escribió su final:
olvidada por todos
por no dejar atrás la vanidad.
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